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23.2.13 in

Libros enteros


Libros enteros he escrito a diario
dibujando en lineas negras
rayas que son letras de esperanza y llanto
como terapias propias a las lágrimas
y recuerdos de dicha y felicidad.
Muchos cigarros entre medias
acabaron en ceniza entre mis labios
tratando de mitigar penas y deseos
que pasaban por mi cabeza
a mi solitaria y temblorosa mano
cuyo instrumento traductor de mi alma
era un simple bolígrafo de plástico
que fluia como la sangre de mi corazón.
Frases que dicen mucho...
lineas que gritan todo...
lo que me callé y no dije...
lo que soñé y no tuve...
lo quise que mucha gente supiera...
y nunca llegaron a escuchar...
Todo eso se queda en mis cuadernos,
biblias de meses agrios y eternos,
llenos de recuerdos, dolor, muerte y recelo,
refugio de brazos dibujados
que no llegaron a existir...
al menos para mi.

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Soñé


Soñé que un dia yo era un anciano
y sentado en una silla miraba hacia atrás en mi vivir.
¿Que vi? Felicidad y dolor, lágrimas y sonrisas...
oportunidades perdidas que dejé escapar
y el vacio existente de ser un don nadie
que sólo sabe vagar con la cabeza agachada.
Soñé que en mi lecho, en mi último segundo, lloraba
por todo lo ansiado que no llegué a vivir,
por soñar y no ser soñado, por amar y no ser amado,
y di mi alma en el instante final, con una lágrima
que resbaló hasta mi boca, y allí quedó.
Soñé que sólo una vez me sentí vivo,
aunque de desgracias estuve lleno,
también un beso al cielo me llevó.
Que triste soñar con verse perdido,
y de tu rumbo, de esta manera ser movido.
Y aunque grites la gente no te escucha
pues tu voz no significa nada
es mero vació en el jaleo diario del mundo
es una sombra entre las luces del vaivén.
Soñé que me arrepentía
y que mi vida careció de sentido
pues nada al final es lo que tuve
al soñar que miraba hacia atrás.

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Dentro de mi


Es imposible esconder, no se puede,
todo lo que se agolpa dentro de mi.
Sueños, esperanzas, suspiros, miedos,
felicidad, rabia, impotencia, desdén,
dolor, aflicción desolación, resentimiento,
perdón, súplica, tierna felicidad, deseo...
Es todo aquello que me dio el sentido
en un pasado y en un presente
que te da la vida y te la arranca de raiz.
Pasan los días rápidos y agonizantes
y giras la cabeza para mirar al ayer...
todo lo bueno parece más brillante
y lo que hace horas, días o meses parecía malo...
se ha borrado, en mi memoria ya no está.
Sólo existen aromas, texturas, susurros...
calidez de momentos silenciosos a oscuras
en los que dos, eran sólo uno
y no importaba nada más.
Queda grabado a fuego el todo
y entonces desaparece la nada,
lo que era importa lo sigue siendo,
y se queda escrito en el diario del corazón.
¿Perdonar? ¿Olvidar? ¿Seguir?
Son preguntas que llenan la quietud de la noche,
y a pesar de las eternas luchas
que tienen las partes de mi cuerpo,
te das cuenta de lo que sientes
y eso... no se puede ocultar.
Es lo que hay... y nada más.