A ELLA...
he vuelto de nuevo a sentir el deseo
en el que creía ser mi atardecer en la tristeza,
Cuando todo parecía perdido, sus ojos me miraron
sintiendo las ganas locas de vivir de nuevo
todo lo que significa la alegría por amar.
Un mar de ternura lleva en sus ojos,
la locura de su sonrisa, transformada en un susurro
que me repite, incesante: jamás te dejaré marchar.
El corazón late otra vez...
más fuerte que nunca...
la alegría se apodera de mi alma
y me sacó de la oscuridad con un simple beso
tan ardiente, dulce, sincero y profundo,
que ni el mismo Dios del amor y la pasión
pudiera haber imaginado ni en sus más locos sueños.
Pues unos labios como los suyos
saben mejor que la miel cuando chocan contra los mios.
La conocí sin querer...
llegó a mi vida cuando no busqué...
Y ahora, en el presente se ha adueñado
no sólo de mi alma, sino de mi cuerpo,
de mis ojos, de mis creencias,
de mis sentidos y de todo lo que soy.
En la distancia la echo de menos,
cada minuto sin ella es un siglo de oscuridad,
pero sabe como iluminarme cuando está cerca
y me da las fuerzas para ser el hombre más feliz
que haya existido en la historia de la humanidad.
Doy gracias por todo... por ella... por su sonrisa..
por sus besos.. por su presencia.. por su aroma...
por su sinceridad... por que existe y es real...
Jamás llegué a creer.. que en mi vida sintiera tal felicidad.
