22.5.14 in ,

SOMBRAS TATUADAS


En este lugar mágico, ahora sombrío,
cubierto por árboles que son testigos mudos
de todo lo que ella una vez compartí,
siento su sombra abatida arropando
los momentos de dolor que hasta hace poco guardé
de la profunda herida que me causó el querer.
Sus troncos fuertes, altos y nobles
me miran piadosos desde lo alto de sus copas
y lloran con su propia resina pura
las lágrimas que yo no pude saciar.
Los árboles lo saben, ellos nos vieron...
ellos sintieron cada risa y cada caricia
que hoy en el vacío aún resuenan
como el eco mudo en este divino lugar.
Quizá estos pinos, que hoy me consuelan,
un día me quisieron avisar
con el sonido de sus ramas al viento
del dolor que estaba por llegar.
Que lo que ayer era cierto, hoy es mero sueño
con mil momentos grabados sobre una mesa
que nuestras iniciales nunca llegó a tener.
Y gracias doy a no haberlos escrito,
pue si no, el eterno vacío del mañana
se podría llegar a marchitar y morir.
Miro alrededor en silencio
y sólo quedan nuestras sombras tatuadas
entre estos cien árboles callados
que lloran mis lágrimas por la que un día amé.