3.3.12 in

DEJAME SOÑARTE

Déjame soñarte, atesorarte en mi recuerdo
sólo un instante que viva para siempre.
No es tu quimera, sino la mía
Ser cómplice eterno de tu lejana compañía.
Intentar tocarte en este vacío sin límites
es como cerrar los ojos despierto,
y asir con cadenas de nieve una estrella brillante
que me lleve por el cielo cabalgando en la nostalgia
en la utopía de tenerte sin poseerte.
Tentar una a una tus palabras y acurrucarlas,
sabiéndolas mías en cada instante egoísta,
apreciarlas tan de cerca que parezco besarlas,
viviendo desesperado por no olvidarte.
Déjame ser tu prisionero una vez más
Ante la noche infinita de tu ausencia,
En la que me pierdo y no encuentro
La respuesta a tu otoñal realidad.
Tu respiración voló con el humo vago
Que de la boca se emanó sin sentido
Al no percibir límite de cuerpo alguno,
Eres ángel, sé que jamás has vivido,
Ahora lo entiendo, y por esa circunstancia
He muerto en vida por tus rojas alas
transformadas en arropo de mi recuerdo,
que ha volado entre los minutos que han pasado
desde que recé ante la luz de tu existencia.
Déjame soñarte, no huyas de mi pensamiento
No permitas que esa chispa que creí real se borre
como un boceto a lápiz hundido en aguas oscuras.
Déjame que te alcance, quédate en mi cabeza.
Déjame soñarte.