Jugar con fuego
Jugar
con fuego a veces es necesario
porque
las brasas parecen dan calor,
y
en las mañanas frías es ansiado
tener
frente a tí ese resplandor.
Pero
has de tener cuidado,
porque
te puedes quemar...
y
ese fuego deja señal...
cicatriz
imborrable sobre la piel
que
no desaparecerá jamás.
Las
llamas son pasión...
las
llamas parecen vida...
las
llamas atraen la mirada...
pero
te cegará esa hoguera
cuando
veas danzar esas lenguas a su antojo
tan
ardientes que te dañarán los ojos
y
te aferrarás a su pecado,
crónica
de un dolor anunciado,
gritándote
dormidos chasquidos
que
la tentación te llegará al oido
y
te abarrotará su sonido.
Ojo
si juegas con fuego!!
mantente
a una distancia...
controla
tu propio incendio...
o
carbonizado acabarás...
lleno
de heridas y llagas...
que
no podrás nunca curar.
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