Reflejada en un simple cristal
observo fijo que me observa
complice, callada y eterna
de un travieso mirar.
Hace con que no lo hace,
juega tímida y es sensual
con la magia del llamado "azar"
que estremece el sentido de mi alma
ansioso por dejarse tocar y robar.
Tono mágico el de su voz callada,
maravilla la de su sonrirsa impura
en un perfil que es todo lujuria,
amante misma de la brisa oscura
destroza al alma y la injuria.
Manos que mueven el aire
transformando la brisa en viento,
cuyo roce provoca huracanes
del que no está a salvo nadie
de sus simples y certeros movimiento.
Prefiero no mirarla a los ojos
mejor es olvidar su contorno
no deseo se de su boca una presa
y vivir en una soledad sin retorno.

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