22.2.18 in ,

SIN AVISAR

En un segundo y sin previo aviso, llega por sorpresa la fatal explosión. Recuerdos de una vida entera que, sin razón, parecen querer tener un hueco en mi presente. Dolor ya superado, lágrimas que creía perdidas, sonrisas que se alejaron y sueños que guardé en un cajón, pasan por mi cabeza con gritos que aún conservan el agrio sabor de antaño. Cierro mis ojos, para evitarlos, pero se encuentran encerrados en mi interior. No puedo escapar. No hay lugar donde alejarme.. y siguen golpeándome el alma, como viejos duendes traviesos en busca de su último trastada. Caigo al vacío, chocó con el negro e inmenso mar de la soledad. Nadie con quién hablar, nadie a quien agarrar para no ahogarme en el vaivén de estas olas de inquietud. Solo aparecen ante mi, esas calles vacías en las que pululan corazones llenos de ajenos secretos que se tornan más y más lejanos según voy avanzando. Maldigo esa explosión, maldigo ese corrupto ayer, que viene hoy a amenazarme, cuando más tranquilo estoy. Solo queda rendirme y esperar que se vaya, antes de volver a la locura.